Credito: Metro Puerto Rico

Cada vez son más los jóvenes que tienen celulares y los llevan consigo a todos lados, incluyendo la escuela, lo que se ha convertido en un dolor de cabeza para los maestros.

No solo se distraen con ellos al leer y enviar mensajes de texto, acceder a las redes sociales o buscar información en la Internet, sino que toman fotos indebidas y hasta se ponen agresivos cuando las autoridades escolares intentan quitarles los aparatos móviles para que puedan atender a las clases.

Así lo dijo a Metro la presidenta de la Federación de Maestros (FMPR), María Elena Lara, quien indicó que, aunque está prohibido el uso de celulares en los salones de clase, “es el maestro el que tiene que llevar a cabo el proceso de control. Se les puede quitar el celular, pero eso implica otro problema, que es la agresividad del estudiante”.

Lara, quien fue maestra de estudiantes de escuela intermedia hasta diciembre pasado, cuando comenzó su retiro, afirmó que ella misma tuvo problemas con un estudiante cuando le pidió que le entregara el celular por utilizarlo durante la clase. “El estudiante gritó, insultó, dijo que ‘eso es mío, y si le pasa algo, usted me lo va a pagar. ¿Qué usted se cree?’. Se puso bien, bien agresivo”, contó.

“Ahí fue que me di cuenta de cuán esencial es este aparato para los jóvenes. Algunos de ellos crean una dependencia hacia el artefacto que es psicológica.  Se sienten hasta desnudos o desnudas cuando están sin el aparato”, sostuvo la presidenta de la FMPR.  

Más problemas

Para Bryan Molina, maestro de Español en la Escuela Segunda Unidad José Padín en Corozal, “si un maestro no establece reglas claras en su salón de clase, el celular se convierte en un problema de disciplina grande, y puede rayar en problemas de orden institucional”.

Aunque favorece el uso del teléfono celular por parte de los jóvenes, ya que podría ser una herramienta integral en su aprendizaje, Molina sentenció que, “como maestro de Español, tengo que decir que también ha ido en detrimento del uso del idioma. Ellos ya no saben qué es la escritura formal del idioma”.

Otro de los problemas estriba en que la mayoría de los celulares cuentan con una cámara. “Captar imágenes de menores es ilegal, a menos que se tenga una autorización expresa por el padre, y esa es una situación que se está dando”, expresó Molina.

Mientras, Lara dijo que tuvo que dar una orientación a sus estudiantes porque una joven tomó una foto en el salón de clases en la que ella salía de espaldas. “Es otro maestro el que me alerta que yo salgo en la foto que la estudiante puso en las redes.  Yo sabía quién era la estudiante, pero como sabía que la orientación iba a ser eficaz, no me dirigí directamente a ella, me dirigí al grupo y les advertí que publicar una foto sin autorización de la persona era un acto ilegal y que la persona afectada podía proceder legalmente. Eso bastó para que quitara la foto”, detalló Lara.

Pornografía infantil

El psicólogo clínico Javier Piazza destacó que los jóvenes “pierden mucho tiempo en la utilización del celular, del uso de los mensajes, se ponen adictos al uso del celular, al punto de que no pueden parar de contestar los mensajes, no pueden dejar de ver el Facebook, pierden demasiado tiempo en eso y no pueden concentrarse y prestar atención”.

El psicólogo afirmó que ha tenido que intervenir con jóvenes que incluso se envían fotos en las que salen desnudos o con poca ropa. “Ahí puede que pase la pornografía infantil porque ni se sabe lo que pasa con esto a través de las redes”, advirtió Piazza. 

El deber de los padres

La presidenta de la FMPR puntualizó que el problema con los teléfonos celulares se resuelve “con más cooperación de los padres. A veces uno le solicita a un padre ayuda para comprar un material necesario para el proceso de enseñanza y esa ayuda no viene. Sin embargo sí hay dinero para comprar un celular; entonces uno pregunta dónde están las prioridades”.

La cita

“Desde que entraron al mercado los celulares, se empezó a ver el problema en las escuelas”, dijo María Elena Lara, presidenta de la Federación de Maestros.

A favor
LOS BENEFICIOS DEL CELULAR

Más allá de que el celular sea una distracción en el salón de clase, es importante no ver esto como malo. Hay que darle un uso beneficioso para integrarlo a la educación, bien sea con aplicaciones móviles educativas o aumentando la comunicación entre maestros y estudiantes.

En Estados Unidos, hay un movimiento hacia la permisión del uso de celulares en las escuelas como ayuda de comunicación y para supervisar las conversaciones que tienen los jóvenes en las redes para evitar el ciberacoso (cyber bullying).

Juan Carlos Pedreira
Experto en tecnología y columnista en Metro